Ficticias o reales, la Ciudad de México ha sido víctima de todo tipo de calamidades, desde las provocadas por fenómenos naturales hasta las permitidas por funcionarios históricamente ineptos como marchas, bloqueos y plantones. Y si alguna nos faltaba, ahora el ataque del Rey de los Monstruos.
La última semana la zona centro de la ciudad se vio acosada, dañada y cerrada por la visita, casi desastrosa, del saurio más famoso del séptimo arte: Godzilla, quien decidió pasar por la capital de México como parte de su recorrido mundial luchando con los monstruos que lo acompañarán en la pantalla grande en la secuela de su cinta hollywoodense.
La CDMX ganará visibilidad y fama en beneficio de la actividad turística, según se informa. Pero en tanto eso sucede, también dejó afectaciones como cierres a las calles, pérdidas económicas, principalmente a los negocios que se encuentran en la zona de la producción. De acuerdo con información dada a conocer por Excélsior, fueron afectados alrededor de 640 negocios durante la filmación, a quienes se les ofrecieron tres mil 500 y cinco mil pesos por día de grabación.
El apoyo no fue aceptado en todos los casos, el reporte permite suponer que la causa fue porque se trató de una cifra baja en comparación con lo que generan en ganancias diarias. A saber si la venta de certificados y títulos apócrifos es un negocio más redituable en la Plaza de Santo Domingo.
El paso del magnífico Godzilla pareció casi retrato costumbrista en nuestra ciudad, caos, destrucción y terror. Aunque no deja de ser espectacular que el gran saurio de un par de pisotadas, sacudiendo enérgicamente su cola y lanzando su aliento nuclear, dejó en ruinas una parte importante de la Ciudad de México. Esperemos que no salga el funcionario que se pase de vivo y le pase la factura a Godzilla por los baches, obras y pasos a desnivel mal hechos, marchas, tráfico, violencia y hasta de contingencias ambientales.
Si alguien cree que exagero no conoce la ciudad en la que la realidad supera a la ficción. Las escenas de grandes persecuciones, balaceras, helicópteros surcando los cielos para cazar a los malos, de James Bond, el 007 en el Centro Histórico, palidece frente a los recientes episodios de El Ojos, en Tláhuac, con las calles asediadas, los soldados recorriéndolas, los disparos cruzados entre buenos y malos. Del celuloide directo a nuestras casas, pero con muertos reales.
Si bien es cierto que cada que una gran producción de cine acude a la ciudad para filmar en nuestras calles y plazas las películas que en los próximos años llenarán las salas de cine, ciertamente agrega un valor y atracción turística, que mucho nos hace falta. También es que dejan detrás de sí afectaciones que terminan siendo mal recuerdo del paso de las grandes producciones cinematográficas.
Por lo pronto, la buena noticia es que la CDMX sobrevivió a un monstruoso ataque más. Pero la mala es que muy pronto será escenario de la arremetida del poder destructor de otras Godzillas y monstruos las campañas electorales de 2018, que están a la vuelta de la esquina.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/federico-doring/2017/08/27/1184370