Ciudad de México, 6 de septiembre de 2022
TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA BERENICE MONTES ESTRADA, PARA REFERIRSE AL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER INDÍGENA.
DIPUTADA BERENICE MONTES ESTRADA (BME): Muchas gracias, con su permiso, señora Presidenta.
Honorable Asamblea:
El 5 de septiembre fue la fecha elegida para establecer el Día Internacional de la Mujer Indígena, celebración que nació durante el segundo encuentro en organizaciones y movimientos de América reunidos en Bolivia en 1983.
Surgió como una forma de reconocimiento a todas las mujeres indígenas valientes que han jugado y seguirán jugando un papel muy importante en la conservación y construcción de la cultura de sus pueblos, así como de su lenguaje y la fuerza de su carácter.
Ellas tienen un rol clave dentro de sus pueblos en lo que se refiere a la transmisión intergeneracional de sus tradiciones espirituales, la historia, la filosofía y en la defensa de la tierra, el territorio y sus recursos naturales.
Gran parte del patrimonio cultural de las comunidades indígenas, incluyendo el conocimiento de la medicina, las propiedades de las plantas y semillas, lo que brinda la fauna, las tradiciones orales, los diseños que se aplican en las artesanías y textiles, que incluyen símbolos ancestrales, se han conservado gracias al esfuerzo de estas mujeres, pero lamentablemente este reconocimiento se queda muchas veces solo en discursos, en eventos o en propaganda, porque la realidad indica que al día de hoy persisten diversas formas de discriminación en contra de estas valiosas mujeres.
La primera se debe sólo a su género, ya que aunque cueste trabajo decirlo, en la mayoría de los pueblos indígenas prevalece el machismo, por lo cual las niñas son privadas de derechos tan elementales como la educación o la salud sexual y reproductiva.
La segunda discriminación se debe a su condición de indígenas, pues aunque en los últimos años se ha avanzado mucho en la defensa de estos derechos, todavía no hemos logrado erradicar por completo este tipo de actitudes y la situación empeora en un tercer nivel de discriminación, que es la pobreza.
En México, ser mujer hace más probable que una persona viva en situación de pobreza condición que se acentúa si es indígena, habitante de una zona rural y aún más, si es menor de edad. Ellas son la población mexicana con las peores condiciones económicas y sociales.
Por lo anterior, una de las mejores formas de celebrar desde la bancada de Acción Nacional es luchando por la igualdad de derechos de estas mujeres en todo el territorio nacional, pues cualquier circunstancia debe gozar de los mismos derechos que cualquier persona de su género.
Es urgente generar fuentes de empleo en las regiones indígenas que permita a hombres y mujeres tener condiciones para una distribución más equitativa de las labores domésticas y un mayor acceso de las mujeres al trabajo remunerado.
No puedo dejar de mencionar a las mujeres indígenas presas, enjuiciadas sin perspectiva de género.
Como Poder Legislativo, debemos apoyar todas las herramientas necesarias para fortalecer las mujeres indígenas desde la aprobación de un presupuesto digno, el acceso a educación con pertinencia cultural, el fortalecimiento de sus lenguas y tradiciones, el acceso a la salud intercultural, además del impulso de sus capacidades para la contribución en espacios políticos, civiles, económicos, culturales, entre otros.
Por ello, desde esta bancada estaremos dando la lucha en el presupuesto para las mujeres indígenas de Guanajuato y de todo nuestro México, muchas gracias.