Ciudad de México, a 12 de octubre de 2021
TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DEL DIPUTADO JUAN CARLOS ROMERO HICKS, DURANTE LA INSTALACIÓN DE LA COMISIÓN DE TRANSPARENCIA Y ANTICORRUPCIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS.
DIPUTADO JUAN CARLOS ROMERO HICKS (JCRH): Inicio por celebrar el anuncio de nuestro Presidente, de que el 9 de noviembre estará en Naciones Unidas, al asumir México su papel en el Consejo de Seguridad. Será el undécimo Presidente de la República que estará en la Asamblea de las Naciones Unidas, como ya lo hicieron en su momento el presidente Miguel Alemán, Adolfo López Mateos, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
Dos grandes temas: transparencia y anticorrupción, son flagelos que provocan una gran irritación en la población mexicana y algunos especialistas consideran que hay como tres visiones:
La primera, la inevitabilidad, el pragmatismo de la corrupción, todos son corruptos, hay que aprovecharlo, la frase más indigna que lo representa es: “el que no tranza, no avanza”.
Segunda visión, un pesimismo de que todos son corruptos, quejémonos, hagamos lo que sea posible.
Y la tercera opción, la que nos toca a todos nosotros, un realismo activo de que la corrupción ahí está y tenemos que luchar contra ella.
Vaclav Havel, diría que el primer paso para vencer un sistema corrupto, es dejar de pensar que es invencible e incambiable.
¿Qué es la corrupción? La etimología proviene del latín “corrupto”. Corrupto que significa tres partes (…)
Implica entonces, romper, destruir o podrir. Por eso siempre que hay corrupción, hay un corruptor y una persona corrompida.
Hay diferentes niveles de corrupción y una forma de clasificarlo es la individual, lo social, lo político y lo sistémico.
La primera, individual, la primera corrupción es personal, se corrompen las personas que forman las instituciones y esta corrupción tiene nombre y apellido y tiene que señalarse.
Jorge Mario Bergoglio, diría que toda corrupción social no es sino la consecuencia de un corazón corrupto que se considera autosuficiente, que mantiene apariencias, que llega al cinismo y al triunfalismo porque no tiene consecuencias adversas.
Segundo nivel, el social cada vez que una persona se corrompe, la sociedad pierde y todos estamos en ese riesgo.
Tercero, el nivel político, que es el de mayor escándalo, cuando un funcionario público revestido del mandato del bien común y la sociedad, falta, esa corrupción, como dice Miguel Carbonell, atenta contra los diferentes estándares normativos del sistema gubernamental.
Y, cuarto, finalmente, esto se convierte para tragedia mayor a nivel sistémico. Pensemos en el cáncer, todos los días el cuerpo genera células cancerosas, pero se deshace de ellas y a veces estas células no pueden ser detenidas y forman un tumor.
Entonces el dilema ético es el mismo, hay que atender; uno, lo individual; dos, lo social; tres, lo político y; cuatro, lo sistémico.
La pregunta: ¿la corrupción puede ser vencida? Tenemos que decir que sí y ésta se vence abatiendo la impunidad y tiene que tener una envoltura ética, Enrique Dussel, cito, no señala lo siguiente: “La ética no es algo de lo que podemos prescindir, la ética tiene que ver con la vida y con la muerte de la humanidad, si no tenemos un cierto criterio ético vamos a hacer que la vida sigue el camino de un suicidio colectivo”, hasta aquí la cita.
La corrupción es una enfermedad y tenemos que asumir la actitud de que puede ser curada.
En todas las instancias internacionales de corrupción en el mundo y en los índices hay preocupaciones, en Transparencia Internacional, en el Foro Económico Mundial (…), en el Banco Mundial, en el (…), etcétera.
Y para vergüenza nuestra, y lo digo en una sana autocritica, México obtiene uno de los peores lugares en el tema de transparencia internacional.
Es el tamaño del reto que tenemos que reconocer, hay que huir del autoelogio y de la autodenigración; sin embargo, hay que hablar con la verdad y esto nos obliga a ser mejores.
¿De qué tamaño es el problema? El problema es inmenso y la percepción colectiva crece y existe en las empresas, y existe en el ámbito público, y existe en general en el tejido social.
INEGI, hace una medición de la corrupción y nos anota que se calcula por parte de ellos, que al año se cometen más de 5 millones de pequeños actos de corrupción en el país y esto ocasiona tres tipos de costos, entre otros:
Uno, los económicos.
Dos, los políticos.
Y, tres, los sociales.
En la parte económica se afecta a la inversión, la productividad, el ingreso de la empresa, la piratería y afecta el Producto Interno Bruto.
Hay estimaciones, por ejemplo, del Banco Mundial, de que aproximadamente del 9 al 10% del Producto Interno Bruto es afectado por el tema de la corrupción.
Segundo, en lo político, provoca una irritación y una insatisfacción entendible.
Y, tercero, en la parte social, por supuesto que afecta el bienestar de las familias.
Hay datos de un organismo como Transparencia Mexicana, que nos señalan que el 14% del ingreso promedio de los hogares, se destinan a pagos extraoficiales para (…) el sistema.
Es el tamaño de lo que estamos enfrentando, por eso el combate a la impunidad, por eso tenemos que hacer el combate a través de la impunidad.
Hay una relación causal directa entre corrupción e impunidad y hay que recordar que México tiene muchos compromisos internacionales que están como mandato de derecho internacional, está la Convención Interamericana contra la Corrupción, de la OEA en 1997, está la Convención para Combatir el Cohecho de Servidores Públicos en Transacciones Comerciales en 1999, está la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción en el año de 2004.
Hay dos grandes reformas constitucionales recientes que nos dan el marco de referencia:
Uno, la reforma de 2014, que crea el Sistema Nacional de Transparencia y; segundo, la reforma del 2015, y aquí legisladores que tuvimos oportunidad de participar en ese momento, que es la que crea el Sistema Nacional Anticorrupción.
En el tema de transparencia se otorga autonomía constitucional a los órganos garantes de transparencia, y nosotros como Comisión estaremos muy en comunicación con los actores, el INAI, Instituto Nacional de Acceso a la Información; dos, la Auditoría Superior de la Federación; tres, el Archivo General de la Nación y todos los órganos garantes de las entidades federativas porque es un Sistema Nacional de Transparencia, habremos de entrar en comunicación con todos ellos.
La segunda reforma mencionada es la de Anticorrupción y es la del año del 2015, que crea el Sistema Nacional Anticorrupción y que mandata que hay siete actores con los que tendremos comunicación:
Primero, el Comité de Participación Ciudadana.
Segundo, el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial.
Tercero, el Instituto Nacional de Acceso a la Información, el INAI.
Cuatro, la Fiscalía Anticorrupción.
Quinto, la Auditoría Superior de la Federación.
Sexto, la Secretaría de la Función Pública y mañana comparece el titular.
Y, séptimo, el Tribunal de Justicia Fiscal y Administrativa.
Estos siete actores serán muy importantes para poder tener la interacción necesaria en lo que se refiere a lo que estamos mencionando.
De esa reforma constitucional, se mandataron cinco leyes nuevas, que ya fueron promulgadas al año siguiente, en el año 2016, el 18 de julio y es la ley que crea el Sistema Anticorrupción, la Ley General de Responsabilidades, que en términos de la población se conoce como la de 3 de 3, la Ley Orgánica de la Educación Pública Federal que se modificó, la que crea el Tribunal de Justicia Administrativa y la Ley de Fiscalización y, dos, que tuvieron reformas, la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, que hoy ya es Fiscalía autónoma, esto fue previo a la modificación constitucional y el Código Penal Federal.
Tenemos una ruta muy amplia y estoy seguro que la convicción que compartimos es que podemos hacer muchas cosas, pero no tenemos derecho a fallar.
Vamos a ser equipo y vamos a trabajar por México.
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