Ciudad de México, a 11 de noviembre de 2022

TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DEL DIPUTADO MARCO HUMBERTO AGUILAR CORONADO, PARA PRESENTAR SUS RESERVAS AL DICTAMEN CON PROYECTO DE PRESUPUESTO DE EGRESOS DE LA FEDERACIÓN PARA EL EJERCICIO FISCAL DE 2023.

DIPUTADO MARCO HUMBERTO AGUILAR CORONADO (MHAC): Muchas gracias. Gracias, presidente. Señoras y señores, la polarización en el país, pero en especial entre la clase política ha llegado a niveles inimaginables, porque desde el poder se estigmatiza, se difama, se calumnia, se adjetiviza y pone la muestra para que sus fieles e incondicionales buscadores del favor Presidencial lo imiten al exceso que la inteligencia sede ante el odio para llamar malditos a los que integramos la bancada azul del PAN.

Solo para ilustrar a la mayoría inculta e ignorante el maldito es aquella persona castigada por la justicia divina. Yo les aseguro que nosotros no somos perversos ni tenemos malas intenciones y mucho menos tenemos dañadas las costumbres. Sí, pensamos diferente y creemos en cosas diferentes. No así en su estulticia para proferir calumnias, difamaciones, mentiras de ahora, justificaciones al poder y menos a su procacidad verbal.

Sí, yo por lo menos creo en Dios y es al único al que le temo no a sus descalificaciones, no a sus ofensas, no al exceso en sus expresiones.

Aquí no vienen a aprobar el Presupuesto de Egresos, ese ya lo aprobaron ustedes en su mayoría indolente desde el 8 de septiembre, en que el Ejecutivo entregó el proyecto, es necesario levantar la voz y hacerla sonar fuerte, la Cámara de Diputados no es un mercado cambiario en el que se negocian los pesos.

La Cámara de Diputados en su tarea de asignación presupuestal es el garante de que la acción de gobierno atenderá y resolverá los derechos mínimos y fundamentales de las personas.

La Cámara de Diputados es el único órgano del Estado mexicanos capaz de decidir si nuestras intenciones contarán con recursos para evitar nuevas muertes tempranas o vidas desperdiciadas, futuros brillantes y luminosos o acumulación de tragedias, suma de desesperanza o incapacidad de acción.

A cuatro años de gestión gubernamental, es evidente que vivimos una tragedia sin precedentes en nuestro país. El hombre que prometió austeridad y responsabilidad presupuestaria para rescatar de la pobreza a millones de mexicanos, ha traicionado esa promesa con un derroche que ha vaciado todos los ahorros públicos de los que ha podido echar mano y que a cambio entrega como resultado un incremento de la pobreza.

El hombre que comprometió su palabra para construir un México más justo, instruye a sus mayorías para castigar presupuestalmente a todos los colectivos que imagina como enemigos o a todos los que haga falta castigar para no frenar sus proyectos tan personales como inútiles. Pero el presidente es tan predecible que sabíamos que iba a presentar un endeudamiento de 1.2 billones de pesos. Otra mentira más, porque había afirmado que no iba a endeudar al país.

Es tan predecible que sabíamos que la mayor cantidad de recursos iban a ser destinados a la refinería que no refina, pero que sí se inunda. Al Tren Maya que no es maya y que causa un severo daño ecológico y al aeropuerto que casi no tiene vuelo, y a ocho meses de inaugurado ni el presidente quiere volar desde ahí.

Es tan predecible que sabíamos que a los programas clientelares se les iba a asignar gran cantidad de recursos para seguir manteniendo su falsa popularidad a partir de la entrega de dinero en efectivo.

Es tan predecible que sabíamos que los recortes presupuestales eran para el Poder Legislativo, para el Poder Judicial y, por supuesto, para los órganos constitucionales autónomos, donde, por cierto, el mayor recorte es para el Instituto Nacional Electoral.

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