Ciudad de México, a 25 de noviembre de 2021

TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DEL DIPUTADO GUILLERMO OCTAVIO HUERTA LING PARA FUNDAMENTAR INICIATIVA DE DECRETO PARA INSCRIBIR EN LETRAS DE ORO EN EL MURO DE HONOR DEL SALÓN DE SESIONES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS -LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA EN MÉXICO-.

DIPUTADO GUILLERMO OCTAVIO HUERTA LING (GOHL): Con su venia, diputado presidente.

Compañeras y compañeros diputados, el día de hoy me encuentro aquí para más que presentar una iniciativa a título personal y de mi partido compartirla con todos ustedes para que cada uno la haga suya, porque estoy convencido de que cada una de nosotros somos beneficiarios de un proceso continuo de construcción de nuestra democracia, porque considero que aquí en la Cámara de Diputados, donde reside la soberanía y hoy representa el epicentro de la transformación política del país, debe de inscribirse con todas sus letras un evento histórico que, si bien, para algunos ya está concluido, para muchos otros continua.

Porque la democracia es un ejercicio de la voluntad libre de los individuos, es aquí donde se auspicia la polifonía política, donde a pesar de la resonancia y desacuerdo de cada uno de los grupos y corrientes políticas, los hechos históricos han demostrado que el conflicto se supera, las brechas se reducen y se armoniza las reglas con la participación de todos para fundir la policromía política en un solo propósito, establecer permanentemente el Estado democrático en el país.

Nuestra democracia no tiene un solo propietario y menos un solo arquitecto, pero sí un espacio donde se fraguó. Aquí poco a poco las y los legisladores eligieron legislatura, tras legislatura, reforma, tras reforma, las reglas y las instituciones que transformaron al régimen autoritario que nos fue heredado, en uno de los mayores libertades para competir en equidad.

Con la iniciativa que presentó, invito a cada uno de ustedes, compañeras y compañeros diputados, a reconocer a todos aquellos que impulsaron la transición a la democracia en México, las letras de oro buscan reconocer aquellas primeras voces que gritaban en la Plaza de las Tres Culturas, aquellos fundadores de los partidos de izquierda, a los críticos de los partidos oficialistas, a los marginados de la participación política, a los seminaristas del Castillo de Chapultepec y a aquellos que exigían desde Chihuahua, hasta Yucatán el reconocimiento de sus triunfos y, también porque no, aquellos otros que con la persistencia de su liderazgo, gracias a las reglas e instituciones democráticas hoy están en el poder.

La transición a la democracia fue la constante conciliación de los intereses de los partidos políticos, pero también del Gobierno, de intelectuales, periodistas y muchos miembros de la sociedad; si alguna condición se reclamó la última mitad del siglo XX y celosamente se sigue procurando en los últimos años son elecciones bajo reglas ciertas que den competencias claras y resultados impredecibles.

Hoy las instituciones que fueron construidas por nuestros antecesores y por muchos de los presentes, buscan mantener la democracia como la irreductible forma de vivir en sociedad y ejercer nuestros derechos políticos.

Hay que recordar que cada transición política es única es repetible y la nuestra es singular.

La transición mexicana se desarrolla a lo largo de un período ininterrumpido de elecciones y de reformas donde las distintas fuerzas participaron y las que todavía la siguen haciendo se han sujetado a las reglas de competencia.  

La fecha misma del inicio de la transición en México genera interesantes discusiones, las que es innegable, es que el sistema electoral tránsito de un sistema de partido dominante a uno plural.

La transición como evento histórico es el reflejo de la Cámara, evento que trasciende en el tiempo y en sus actores que reitera un mensaje permanente que es mantener un país más libre, menos vertical, más democrático y uno nunca más autoritario.

Desde el reconocimiento de partidos políticos de izquierda en 1977, entonces marginados en la competencia electoral, del establecimiento de las de la asignación de las candidaturas plurinominales.

En 1988 parteaguas del Sistema Electoral Mexicano, la elección más competida en la historia moderna de México, elección que tuvo la más evidente intervención del Gobierno, la cual evidenció dentro y fuera que no teníamos un Gobierno democrático.

La elección de 1988 aceleró la crisis del partido hegemónico y demostró la capacidad competitiva de los partidos de oposición.

En 1996 nuevamente con la participación de esta Cámara, se hicieron las reformas estructurales.

La transición no puede explicarse sin la determinante intervención de esta Cámara Diputados, ha sido a través de cada una de las legislaturas que mediante los consensos se superó el conflicto para transformar al país y lograr un solo objetivo, establecer la democracia en México como un sistema permanente, intrínseco en nuestra convivencia social.

La Cámara de Diputados es el espacio donde confluyen todos los ideales políticos del país, por ello, compañeras y compañeros diputados, les comparto esta iniciativa que quiero que lo hagan todo suya, toda nuestra, que propone inscribir en el Muro de Honor -La transición a la democracia en México-, con ello no sólo reconocemos el contexto del pasado, a sus actores, a sus reformas o a sus instituciones.

Con esta iniciativa propongo el reconocimiento de un evento histórico que nos recuerde de qué régimen político venimos y el cual no debemos retornar nunca más.

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